Por Luis Chito Naut
A Las Letras de Azua, a muchos les preocupa que a ellas les falta poco tiempo por colapsar.
Dicen que los que tienen el talento parecido al de William Mejía, no tienen la mínima vocación de enseñar. Por suerte, vinculado a preparar y a formar jóvenes y adolescentes en cultura, queda en la ciudad, el peregrino poeta y maestro Rannel Báez, quien no ha dejado de estar envuelto con la vocación de misión; y por tanto, no ha claudicado en esa práctica de enseñanza, que necesariamente ha tenido que estar “dando brincos” por no caerse. En algunos que viven observándolo y en permanente reflexión sobre la situación, no dejan de convivir con el pánico y digamos casi un síndrome de que a éste no se le ocurra voltear la cara igual que la mujer de LOT.
DE SUCEDER ESTO, ALGUIEN DE CUALQUIER SECTOR DIRÁ “TODO COLAPSÓ”.
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